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Si pudiera elegir una palabra para definir cómo viví la Gran Gala de Premios Caligrama 2024, esta sería "viaje". Un viaje que empezó no solo el día de la entrega de premios, sino en el momento en el que me embarqué en el proyecto de escribir la saga La llave y tuve que entregarme a ella en mente, cuerpo y alma.
Si digo todo esto es porque todos los profesionales al certamen, invitados por la organización para hacer la entrega de los premios, coincidieron al decir que los escritores invertimos mucho tiempo de nuestra vida personal, momentos de ocio y en familia, para poder consagrarnos a la creatividad y dar forma a nuestras obras literarias. Si bien los personajes de nuestros libros experimentan el clásico "viaje del héroe", nosotros, los escritores, no solo somos tejedores de palabras sino también alquimistas. Escribir nos introduce en un viaje de introspección que nos transforma. Cada una de nuestras historias nos llevan de la mano a caminos inexplorados y a una aventura de la que jamás regresamos siendo los mismos que éramos cuando nos adentramos a escribirla.
La Gran Gala de los Premios Caligrama se llevó a cabo dentro de una estación de trenes. En cuanto la pisé, sentí que había llegado a un lugar de destino tras haber realizado el largo viaje de escribir La llave I, los buscadores de almas. Un viaje, sin duda, de muchas horas, meses y años invertidos fraguando no solo la primera entrega de la saga, sino también las restantes partes. Definitivamente, sentí esa estación, y su escenario, como un lugar de tránsito y como un puente de paso hacia otros muchos destinos que están por llegar. Lugares que sé que sobrevendrán para disfrutar de nuevos retos y peripecias.
De todo corazón, deseo que la meta de tu viaje sea el propio camino que estás recorriendo en este instante. Sea cual sea tu camino, solo espero que confíes en ti y lo pises con firmeza. Con pasión. Con entrega. Con Amor.
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